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Jueves, 17 de diciembre de 2015  |  NÚMERO 6 Acceda a nuestra hemeroteca
CONSENSUADA POR SEOM Y SEIMC
Nueva guía sobre neutropenia febril de tumores sólidos
La tasa de complicaciones infecciosas en los pacientes con fiebre neutropénica es del 25-30%
 
Sandra Melgarejo. Madrid
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) han publicado un consenso sobre neutropenia febril de tumores sólidos, motivado por los procedimientos y manipulaciones a los que se ven sometidos los pacientes en su proceso de diagnóstico y tratamiento, así como por la aparición de microorganismos multirresistentes.

Juan Antonio Virizuela.

“El objetivo de este documento es la puesta en común y coordinación de los especialistas de SEIMC y de SEOM para revisar la información existente en este tema y realizar una serie de recomendaciones basadas en la mejor evidencia disponible. Como resultado, surge este consenso que queremos que sirva a oncólogos e infectólogos en su práctica clínica diaria”, explica Juan Antonio Virizuela, miembro de la Junta Directiva de SEOM y uno de los coordinadores del documento.

Aunque existen guías así para pacientes hematológicos, Virizuela comenta que “son escasas las guías para pacientes con tumores sólidos”. Esta es la razón por la que se ha publicado este documento de consenso, con la coordinación de los doctores José María Aguado y Jordi Carratalá, de SEIMC, y Juan Jesús Cruz y Juan Antonio Virizuela, de SEOM, junto con un grupo de especialistas de ambas sociedades conocedores del problema y comprometidos en la prevención y el tratamiento de la neutropenia febril. En el documento se establecen orientaciones no solo acerca del tratamiento de estos pacientes, sino también recomendaciones sobre la profilaxis de las infecciones más prevalentes, el uso de vacunas, las medidas de control de la infección por catéteres vasculares y la prevención de la infección ante determinadas maniobras quirúrgicas.

Según Virizuela, la tasa de complicaciones infecciosas en los pacientes con fiebre neutropénica está entre el 25 y el 30 por ciento, y la mortalidad alcanza el 11 por ciento en algunos grupos. “Sin embargo, este riesgo no es homogéneo, por lo que el sobretratamiento de episodios de bajo riesgo es frecuente”, indica el especialista.

Medidas para prevenir la infección

El consenso recoge que las medidas para prevenir la neutropenia febril de tumores sólidos pasan, en primer lugar, por la evaluación inicial clínica y microbiológica del paciente oncológico. “Esta evaluación pretende detectar infecciones activas o latentes con riesgo de reactivación en pacientes con cáncer sólido que van a recibir un tratamiento potencialmente inmunosupresor. Para ello, es esencial una buena historia clínica”, detalla Virizuela. En segundo lugar, “es importante la prevención, evitando la transmisión de determinados patógenos desde un paciente colonizado o con una infección activa al resto de los pacientes o personal sanitario”. Por último, añade el especialista, “en algunos casos se plantea que la administración profiláctica de factores estimulantes de colonias de granulocitos (G-CSF) reduce la incidencia, duración y severidad de la neutropenia y previene las infecciones asociadas. Se debe realizar una estimación del riesgo de neutropenia febril antes del inicio de la quimioterapia, teniendo en cuenta diferentes factores, como el tipo de tumor, el esquema de quimioterapia empleado y las características del paciente”. 

En el documento se advierte de que el uso de anticuerpos monoclonales y terapias biológicas incrementa el riesgo de infecciones, ya que, como explica el miembro de SEOM, “la gran mayoría de estos fármacos pueden producir neutropenias por sí mismos y, por lo tanto, neutropenias febriles e infecciones, debido a sus mecanismos de actuación sobre las células. Además, muchos de estos fármacos se utilizan en combinación, con lo que aumenta aún más la probabilidad de neutropenias”.

Aunque los avances han disminuido la mortalidad por infecciones, estas complicaciones continúan siendo una de las principales causas de muerte en las personas con cáncer. “Estos pacientes están sometidos a un mayor riesgo por la exposición a posibles infecciones nosocomiales y microorganismos multirresistentes, por los tratamientos específicos habituales, unido a la irrupción de nuevos anticuerpos monoclonales y terapias biológicas que han contribuido a dificultar el abordaje de los procesos infecciosos”, recalca Virizuela.

 

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